domingo, 18 de marzo de 2012

Contratiempos

Sentirme poderosa por un momento. Sentirme indignada conmigo mismo, y autoconvencerme de que debo y voy a cambiar.
Por un momento, esa Claudia segura y decidida no ha dudado en salir. "Hoy todo va a ser diferente" "Hoy voy a acabar con esa situación"
Acto seguido, esa sensación ha intentado ser apaciguada fervientemente. Factores tales como la odiosa inseguridad, la poca confianza o el miedo pugnaban contra la efímera y momentánea confianza. Hoy no estaba por la labor de dejar que éstas primeras ganaran. Un paseo previo, con el viento jugando con mi pelo, con la avenida entera para mi, ha sido una buena táctica para vencer y convencerme. Estaba buscando cerciorarme y de nuevo he vuelto a crecer. Esta vez Claudia, y no claudia, había ganado.
Llego, hago progresos, empiezo a cumplir mi propósito. Hablo ¡no me lo puedo creer! dejo de ser muda. ¿La cosa va bien, no? Parece que he conseguido lo que quería...
Error. Recuerdos pasados, sensaciones presentes; todos parecen lanzarse en avalancha sobre esa claudiaconmayúscula. Han conseguido derrotarla. No por aquello que inicialmente le hostigaba, sino por factores externos con tan, no se podía imaginar, inmenso poder.
Todo a la mierda. Mañana será otro día.

one .

Sin título

Mi propósito era transcribir esto sin modificaciones, pero me ha costado. Si hay una cosa que siempre hago es leer y releer, cambiar una simple palabra o signo de puntuación; quizás por eso me dé tanta pereza escribir. Bueno, mi intención, de dejarlo tal cual, era por dejar constancia de la inspiración (no propia completamente, sino también fruto de la magnífica planta) del momento. Se ha hecho lo que se ha podido. Lo dicho, cualquier incorrección tanto léxica, como sobretodo de cohesión, está justificada por el intento este de "no intervencionismo".

Silencio. Quietud ante el barullo de la urbe. Cuatro paredes, tan finas que hasta puedes oir los tristes suspiros de quien se halla al otro lado de la pared; pero silencio, el único que es posible en ese urbano lugar. A veces, algún grito de personas con temperamento exaltado te haces salir de la burbuja, volver a la realidad; pero, al punto, volverás a encerrarte en ese exclusivo y excluido lugar. Curioso, el estar tan rodeado de gente, y tan solo al mismo tiempo.
Somos seres sociales, sin duda; y para quienes opinan lo contrario, la gran mayoría de veces, el asunto queda demostrado por los propios hechos. Necesitamos relacionarnos, reír, llorar y pelear con alguien más que con nosotros mismos. Necesitamos vaciar de sentimientos , sensaciones y recuerdos acumulados este cuerpo nuestro para poder sentirnos mejor. Necesitamos olvidar y ser ayudados a razonar, pero también es igualmente necesario, o al menos para personas como yo requerir la soledad, no sempiterna, peor suministrada en sucesivas dosis que también te ayudan a poder enfriarlo todo…
Porque somos egoístas, y no sé hasta qué punto es correcto serlo. Pero bueno, volvamos a la burbuja de la que hablábamos al inicio. Esa persona, que si el lector es aficionado a crear imágenes de la historia narrada, se imaginará como una silueta oscura, mirando concentrada al vacío (pues, en nuestra mente esa opción es posible) o bien alguien conocido que ha decidido hacer protagonista del relato.
Esa persona (cuyo nombre o descripción es irrelevante, pues se trata de un mero sujeto para explicar esta disertación) ella, está siendo egoísta en este preciso instante. Profundamente introvertida pudiendo estar pensando en innumerables cosas, se haya ausente, como antes hemos avanzado. De vez en cuando sonríe (seguro que se ha acordado de algo bonito), pero yo creo que ahora mismo está pensando en lo mismo que yo. Reflexiona, quizás se cuestione si debe seguir haciendo eso. “No soy la única” se consuela, pues se compara con aquel anónimo empresario que viaja solo en el metro, rodeado de gente, pero no siendo consciente de lo que pasa alrededor; también se compara con esa chica japonesa con algún que otro complejo, que, sola, agacha la cabeza y desconecta de su alrededor. Sí, ella no es la única, pero se acaba de dar cuenta de que tales ejemplos, más que consolarle, le asustan. No saca nada en claro. Es algo que tardará bastante en comprender. No tiene prisa, hay millones de cosas más en las que pensar, por ejemplo, aquella persona tan importante en su vida es una buena opción ¡ay, esa sonrisa suya…!
De repente la burbuja se ha explotado, otra inocente persona, que ignoraba por completo lo que estaba interrumpiendo, ha irrumpido en la habitación contándole una de sus complicadas historias. No va a decirle nada, no lo entendería. Sin más esa silueta, que imaginábamos sumergida en la oscuridad, viajando por otros mundos, acaba de estamparse con la realidad. Deja de ser egoísta e introvertida y pasa a ser social. Escucha y se ríe. Se centra en hechos ajenos y alguna que otra sonrisa se le escapa al pensar en la perspectiva, tan diferente, desde la que está viendo ese momento.
“Quizás no haya sido tan malo” concluye, como última formulación de ese asunto, hasta que en otro momento, quizás no muy lejano, vuelva a sacar el tema a relucir. Por hoy, ya ha sido suficiente.

one .