Sonia

¿La palabra normal? No existe para ella.
Cuando llevas mucho tiempo sin ver a una amiga, lo normal es una quedada en un café por su retorno, para contar mutuamente las novedades. Y eso es lo que esperaba yo, pero claro, olvidé que se trataba de Sonia.
Vino a mi casa... aquella que fue sujeto de nuestras múltiples trastadas (aunque eso sí, ella casi siempre desde la posición responsable XD) y que, junto a la de Juan Ángel, suponían nuestro lugar de frecuente encuentro cuando aún eramos unas criajas.
Nos pusimos al día claro, pero si alguien nos hubiera visto desde fuera, no habría supuesto que se trataba de un reencuentro tras largos meses.
Salimos fuera, y nos sentamos a pie de la balsa, pelando una granada y hablando de nuestra vida, pero no de los hechos, sino de nuestras inquietudes y razonamientos, y es que tu peculiar modo de ver la vida, tu excepcional forma de ser y de sentir, me da ánimos; ánimos a encontrarme a mi misma, a fundar mis criterios y actuar conforme a ello, a ser YO, y no otra persona para encajar con los demás; esperanza a encontrar gente afín a mi, pues me has demostrado que existen y fuerza a luchar por mis criterios.

Sonia, sabes que siempre has sido y eres una persona muy importante para mi.
Creo que ya hemos demostrado y con creces que, aunque estemos a 500 km, seguimos juntas y seguimos queriéndonos, que aunque se reduzca la asiduidad de nuestros encuentros, la confianza de la cual gozamos no se va a disipar y me alegra contar con tan gran amiga, aunque sea desde Barcelona.

Gracias por TODO (:

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